VECINO...... SALGA A LA VEREDA, LLEGÓ LA MURGUITA ........

                                 El carnaval, celebración de época inmemorial tiene sus misterios y el primero y fundamental es que participamos de él (carnaval) sin siquiera saber y menos preguntar por qué?, qué es? ni para qué?....naturalizado en nosotros aparece y participamos a veces tímidamente, otras con entusiasmo y alegría.- Pasado el mismo, no nos preguntamos otra cosa que cuanto falta para el próxima?, son misterios a veces necesitados de amigable y gustosa complicidad.-
                          Allá por los años 60 en Asamblea se armaba el escenario en el cruce con Cachimayo, o en ésta última y Santander, algunos recuerdan otras esquinas del barrio donde se centraba el festejo con el tablado y sobre el mismo el desfile de comparsas y murgas de distintos sitios de la ciudad, que acudían en generosa y alegre caravana a nuestro barrio en signo inequívoco de buena vecindad  hacia la veteranía, y también, digámoslo, a "tirar pinta" apuntando a algunas vecinitas deslumbradas por las pilchas relucientes y brillosas de los forasteros, elementos que realzaban la natural o no, pinta del galán foráneo.- Las quinceañeras y algo más del barrio vivían la fiesta del misterioso Momo como un despertar a ser blanco de las miradas no ya de los vecinitos, sino de otros que si no eran mejores, eran otros y eso ayudaba a soñar con un "principito" de librito de cuentos que llegaba a la comarca,  y eso azuzaba curiosidad y arrojo.-
                     El carnaval no era sólo el desfile de comparsas foráneas, diría que esto era hasta secundario para algunos forajidos antisociales que atacarían en el  barrio mismo, en sus calles y veredas con el agua como medio de vinculación y originando mas de un problema...se armaban "banditas de inadaptados" dispuestos a  atacar con agua en forma de bombitas, o con pomos de goma o los novísimos "bombero loco", una afrenta a tan prestigioso servidor público, pero el carnaval es eso para esos espíritus, chau convenciones sociales, y lo peor, el blanco de tales conductas eran las chicas del barrio, de la cuadra, de mas allá, de más acá, y mujeres jóvenes en general, enigma para freudianos , cuando más bella y mejor vestida, zas, el baldazo fatal, a veces o nunca ellas sólo atinaban a correr....( hoy, sería inimaginable esa reacción, como están hoy...humm...) acomodada en un bondi y detectada por la turba, zas, baldazo a la ventanilla del transporte.-
                     Estos "elementos antisociales" se movilizaban a veces en rústicos camiones abiertos y munidos del vital  elemento hídrico desbordando en baldes y latas, más infladores, infladores? simple elemento utilizado para inflar una bici, eran usados para tomar agua de baldes, llenar el tubo del inocente adminículo y pegar el chicotazo feroz y traicionero en medio del ulular de la tribu encamionada.-
                Pero había otras manifestaciones más pacíficas y esperanzadoras: chicos disfrazándose de sus personajes favoritos  o con los trapos que encontraban en casa y  personificando a dignos linyeras o cirujas, personajes reales que aparecían emulados por estos pibitos de barrio de laburantes.-
                  También Munidos de elementos de percusión consistente en una lata de aceite o similar y un palito, completando  el improvisado "instrumento " casero.- Y se  mandaba (nos mandábamos) por esas calles del barrio....
               Desde avenida Cobo rumbeábamos como hacia el parque, Saraza, Hortiguera, Castañares, hacia Asamblea y el parque...luego Santader, Centenera, no todo era buena vecindad ni espíritu festivo porque si, había un estímulo clave e imaginable; sin tarifa fija apuntábamos a los vecinos sobre la vereda en aquellos veranos sesentistas, parábamos, intuíamos algún interés o simple curiosidad  por escucharnos, y arremetíamos con alguna cancioncilla de moda entre golpes a las latas y la tolerancia de esa buena gente que preparaba piadosas monedas de inmediato para que nos tomáramos el raje; insinuación prontamente satisfecha y vuelta a encarar otros imprecavidos vecinos por esas calles amables del barrio entonces conocido como Caballito Sur.-
                       Nota: el cantautor Alejandro  del Prado  en "Aquella murguita de Villa Real"(1980) canción con aire murguero recrea algo parecido a lo narrado y vivido en aquellos 60.- Fue una feliz revelación saber que en otros barrios y por la misma época se daban algunas similitudes.- 
              Foto: propia, de 1986 cuando de paso por Mendoza capital veo estos a pibes, y recordé aquellos días revividos  más arriba, disfrazados humildemente con rezagos familiares, una coincidencia que excede Buenos Aires y falta saber su universalidad.- mc